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Saliendo De Los Cultos  

Psicología Hoy día, enero de 1979. 

Por Margaret Thaler Singer.

Traducido por David García

Las investigaciones clínicas han identificado problemas emocionales específicamente relacionados con los cultos que los anteriores miembros deben lidiar al reintegrase en la sociedad. Entre estos están: las indecisiones, pasividad sin sentido crítico-y miedo al culto en sí. 

El flamante aumento de los cultos en los Estados Unidos comenzó para finales de los años 1960 y se convirtió en un fenómeno social muy visible para mediado de los años 1970. Miles de jóvenes adultos -algunos dicen que fueron de dos a tres millones- tuvieron diferentes contactos con tales grupos, frecuentemente abandonando sus hogares, escuelas, empleos, y esposos e hijos para seguir a un ó una serie variada abigarrada de gurús, Mesías, y flautistas abigarrados florecieron ante una sola generación. Para este tiempo ya muchos de ellos se han salido de esos grupos, por distintas razones, siendo que ellos han intentado reestablecer sus vidas en la corriente principal de la sociedad, ahora están confrontando un sin número especial de -y yo creo que se relacionan a los cultos- problemas psicológicos que nos dicen muchísimo sobre cómo las experiencias en algunos de estos grupos pueden ser. 

El término "culto" siempre es uno de juicio individual. Se ha aplicado diversamente a grupos que están involucrados en las creencias y prácticas fuera del tono de las religiones tradicionales; a los grupos haciendo excursiones exploratorias con prácticas filosóficas no-occidentales; y a los grupos que involucran intensas relaciones entre los seguidores y una idea poderosa ó un líder. Sin embargo, a las personas que se han estudiado, vienen de éste ultimo grupo, la banda estrecha del espectro: grupos tales como los Niños de Dios, la Iglesia de la Unificación del Reverendo Sun Myung Moon, el movimiento Conciencia Krishna, la Misión de Luz Divina, y la Iglesia de la Cientología [Cienciología]. Yo no he tenido la ocasión de encontrarme con los miembros del Templo del Pueblo que fundó el Reverendo Jim Jones, quien practicaba lo que predicaba en cuanto a estar preparado para cometer homicidio y suicidio si fuese necesario, en defensa de la fe. 

Durante los últimos dos años, aproximadamente 100 personas han tomado parte en un grupo de discusión que he organizado con mi compañero psicólogo, Jesse Miller de la Universidad de California, en Berkeley. Las personas jóvenes que han tomado parte generalmente se extienden de familias de la clase media y media alta, en promedio están entre los 23 años de edad, y normalmente tienen dos o más años de universidad. Aunque algunos han seguido a líderes evangélicos menores o movimientos de la comunidad, la mayoría perteneció a media docena de los más cuantiosos, los más altos estructuralmente, y los grupos mejor conocidos. 

Nuestras sesiones están dedicadas a la discusión y educación: no entramos en altercados intensos como los llevados a cabo por algunos muy bien conocidos "des-programadores" tampoco proporcionamos psicoterapia grupal. Nosotros esperamos aprender de los participantes en los grupos, y aliviar algo de su angustia ofreciéndoles una escena de apoyo mutuo. También esperamos ayudarles explicándoles algo sobre lo que sabemos de los procesos que estos miembros estuvieron expuestos, y particularmente lo que se conoce de los mecanismos por el cambio de conducta que parece haber afectado la capacidad de ex-sectarios para ajustarse a la vida después de estar en un culto. Mis propios antecedentes incluyen estudios sobre la persuasión coercitiva, las técnicas del tal-llamado "lavado de cerebro"; El Dr. Miller está interesado en los métodos de inducción en un trance. 

Se podría argumentar que varios grupos sectarios llevan las mismas semejanzas de ciertos sectores fervientes establecidos ya hace mucho y respetan las tradiciones religiosas, así como las comunidades utópicas del pasado. Claramente, los grupos están muy lejos de ser uniformes, y lo que sucede en uno puede o no puede que suceda en el otro. No obstante, durante el curso de mí investigación en los jóvenes adultos y sus familiares durante los últimos cuatro años, yo entrevisté a casi 300 personas que estaban en, ó que habían salido de tales cultos, quedé impresionada por las similitudes de sus historias. Por ejemplo, el proceso de reclutamiento y adoctrinamiento parecían involucrar técnicas altamente sofisticadas para inducir cambios en las conductas.
También entendí la necesidad de muchos anteriores miembros de los cultos por ayuda para ajustarse a la vida afuera. 

Según sus propios informes, muchos participantes se unieron a estos cultos religiosos durante períodos de depresión y confusión, cuando ellos creían que la vida no tenía sentido. El culto les había prometido -y para muchos les proporcionó- una solución para el dolor de la crisis que se les estaba desarrollando que son frecuentes en esta edad. Los cultos les suplen amistades ya listas y las decisiones ya preparadas sobre sus carreras, citas, sexo, matrimonio, y ellos les perfilan un "significado de la vida" claro. En cambio, a ellos se les exige obediencia total a las instrucciones del culto. 

A los cultos que estas personas pertenecían hacían mantener una intensa obediencia a través de argumentos de sus ideologías, y a través de presiones sociales y psicológicas y prácticas que, intencionalmente o no, se sumaban a técnicas condicionantes que estrechan la atención, limitan las relaciones personales, y devalúan el razonamiento. Los integrantes y ex-miembros describen una exhortación constante y entrenamiento para llegar a unos estados exaltados espirituales, conciencia alterada, y una sumisión automática hacia los dirigentes; hay largas horas de oración, invocaciones, o meditaciones (en una secta llamadas Zen, era por 21 horas 21 días consecutivos varias veces al año), y largas conferencias repetitivas día y noche.

La exclusión de la familia y de otros contactos de afuera, juzgar rígidamente a los inconversos del mundo de afuera, y las restricciones sobre la conducta sexual todo está engranado para aumentar el compromiso de los seguidores para así asegurar las metas del grupo y en algunos casos de su poderoso líder. Algunos miembros anteriores de cultos estaban contentos cuando eran miembros, satisfecho de sumergir todo su problemático ser desmedidamente. Convertidos de las ideas del grupo, ellos le dieron la bienvenida a los procedimientos de adoctrinamiento que los ligaron más cerca a él y gradualmente eliminaron cualquier lazo contradictorio o información.

Sin embargo, gradualmente, algunos de los miembros en nuestro grupo se desilusionaron con la vida dentro del culto, y se encontraron incapaces de someterse a las demandas del culto, o se disgustaron con algunas discrepancias que ellos percibieron entre los mensajes y prácticas del culto. Algunas de estas personas se salieron solas o con la ayuda de sus familiares o amigos quienes se le habían comunicado sobre sus inquietudes y que los recogieran por petición propia afuera frente de las oficinas principales del culto. Sin embargo, un 75 por ciento de las personas que asisten a nuestro grupo de discusión, no se salieron del culto completamente bajo su propia volición sino a través de un establecimiento legal, esto es un poder temporal de supervisión que las cortes en California y en varios otros estados le conceden a los familiares de un adulto. Las bases para conceder tal poder están en fluctuación continua (vea el cuadro en la página 81), pero bajo tales ordenes, una persona puede ser removida temporalmente de un culto. Algunos cultos se resisten vigorosamente, algunas veces mudan a los miembros fuera del estado; otros acceden.

Muchos miembros de nuestros grupos nos dicen que ellos estuvieron agradecidos por la intervención y habían estado esperando su rescate. Estas personas dicen que ellos se sentían impotentes para llevar a cabo su deseo de salirse debido a las presiones psicológicas y sociales de sus compañeros y oficiales adentro. Ellos platican a menudo de una combinación de culpa por desertar y temen una venganza del culto -excomunión- si es que ellos lo intentaran. En adición, ellos se sentían inseguros de cómo ellos podrían conducirse en el mundo de afuera al que ellos lo tuvieron por mucho tiempo en desacato. 

La mayoría de los miembros de nuestro grupo visitaron des-programadores cuando ellos dejaron sus sectas, como parte de los esfuerzos de sus familiares para reorientarlos. Pero ninguno en nuestro grupo a citado experiencias que con un lavado de cerebro los contrarrestase como los que algunos des-programadores han descrito y que los cultos han advertido que se debe estar listo para ello. (Varios anteriores miembros de un grupo informaron que a ellos se les habían instruido un método de como cortarse sus muñecas de forma eficaz, para evadir la presión de los des-programadores "satánicos" -una instrucción qué les alertó a la posibilidad que las declaraciones del culto de amor podía tener algunos aspectos que no-eran-tan amorosos.) 

En cambio, los miembros de nuestro grupo dijeron que ellos se encontraron con anteriores miembros jóvenes como ellos, quienes describieron sus propias insatisfacciones, debido a la información política y económicas cual ellos no estuvieron al tanto sobre las actividades del culto, y describieron que los efectos conductuales eran unos a ser esperados debido a las prácticas que ellos habían sufrido. Entretanto, electivamente o no, los días fuera de la atmósfera del culto les dio una oportunidad a los anteriores miembros para pensar, descansar, y ver sus amigos - y reflexionar sobre la perspectiva en sus sentimientos. Algunas personas retornaron a la vida del culto después de un período en sus hogares, pero fueron muchos más los que eligieron intentar rehacer su vida afuera. 

Dejar cualquier comunidad que sea opresora puede causar problemas - salirse del ejército para entrar a la vida civil es duro también, por supuesto. Asimismo, a menudo se argumenta que las personas que se unen a los cultos para empezar ya tenían problemas, y los problemas que nosotros vemos en el tratamiento posterior al culto son sólo aquellos que ellos pospusieron debido a su conversión y adhesión. Un reciente estudio por el psiquiatra Marc Galanter del Colegio de Medicina Albert Einstein en Nueva York y de varios colegas, cerca del 39 por ciento de los miembros de un culto informaron que habían tenido "serios problemas emocionales" antes de su conversión (se habían hospitalizado al 6 por ciento) y el 23 por ciento dijeron que tuvieron serios problemas de drogas en el pasado. Pero algunos de los residuos que estos cultos les dejaron a muchos anteriores miembros parecen ser especiales: deslizándose en estados de disociación, severa incapacidad para tomar decisiones, y con una facilidad de ser extremadamente sugestionable, a mi entender, se debe a los efectos de las prácticas de conducta condicionadas específicas en algunas personas que son especialmente susceptibles. 

La mayoría de los anteriores miembros de los cultos que hemos visto han luchado alguna vez o otra con algunas ó todas las siguientes dificultades y problemas. No todos los anteriores miembros de los cultos tienen todos estos problemas, ni la mayoría los tiene de forma severa y extendida. Pero casi todos mis informes reportan que les tomó cerca de seis a 18 meses para conseguir que sus vidas funcionaran nuevamente a un nivel correspondiente con su historial y talentos. 

DEPRESIÓN. Con su régimen de 24-horas en rituales, trabajos, adoración, y en su comunidad, los cultos les proporcionan tareas y propósito a sus miembros. Cuando los miembros se salen, de continuo se les presenta un sentido de insuficiencia. Ellos también deben lidiar con los pleitos familiares y personales que dejaron sin resolver al momento de su conversión.

Pero los miembros anteriores tienen una variedad de nuevas pérdidas para contender con ellas. Los anteriores miembros de cultos en nuestros grupos con frecuencia hablan de los años que perdieron mientras vagaban en los caminos principales de la vida cotidiana; ellos se sienten que están fuera de paso, inferiores y socavados ante sus compañeros en las carreras y las metas de la vida. Ellos sienten una pérdida de inocencia y autoestima si ellos llegan a creer que fueron usados, o que ellos rindieron erróneamente su autonomía.

SOLEDAD. Dejar un culto asimismo significa dejar a muchos amigos, a una hermandad con intereses comunes, y la intimidad de compartir una experiencia muy significativa. Significa tener que buscar nuevos amigos en un mundo sospechoso ó que no les entiende. 
Muchos de nuestros informantes habían estado luchando con problemas de sexualidad, citas, y matrimonio antes de que ellos se unieran al culto, y la mayoría de los cultos reduce esa lucha restringiendo los contactos sexuales y apareamientos, ostensiblemente para mantener a los miembros haciendo la "obra del maestro". Incluso los matrimonios, sí es que se permiten, están sujeto a las reglas del culto. Teniendo la sexualidad bien controlada hace especialmente que las amistades sean seguras en ciertas personas: las reglas que permiten sólo el amor fraternal pueden quitarle una carga muy pesada a un joven adulto que está en conflicto. 

Al dejar el culto, algunas personas respondieron intentando recuperar el tiempo perdido saliendo en citas, borracheras, y teniendo aventuras sexuales. Esto les produjo un sentido sobreabundante de culpa y vergüenza cuando estos anteriores miembros contrastaron su nueva libertad con las prohibiciones del culto. Valerie, una anterior maestra de 26-años-de edad, nos dijo: "Cuando primero me salí, me rendía ante cualquier tipo que me pareciera estar interesado en mí -con motociclistas, vagos- incluso estuve saliendo con un distribuidor de drogas hasta que yo le chocara su automóvil en la autopista. Yo nunca era de esa manera". 

Otros simplemente entran en un pánico y dejan de salir totalmente. Un hombre comentó: "Antes de que me uniera era sexualmente bastante activo. Ahora es como si yo nunca hubiese tenido esas experiencias, porque estoy mas inhibido de lo que yo era cuando estaba en la escuela intermedia. Me siento culpable sexualmente aun si pienso en invitar a salir a una muchacha. Ellos realmente impusieron en mi que el sexo era incorrecto". Por lo menos en un caso, las reglas que restringen la sexualidad parecen haber contribuido para elevadamente imponer manipulaciones interpersonales. Ruth nos dijo que ella era castigada a menudo por Mary, una miembro de un culto prestigioso, por "mostrar pensamientos lujuriosos hacia los hermanos". Mary me hacía acostarme boca abajo con mi cara en el suelo. Ella se subía en mi espalda y me daba masajes para sacarme fuera a Satanás. Pronto, ella empezó a acusarme a MÍ de ser lesbiana". No hace falta decir, que cualquiera que hubiese atravesado por las experiencias descritas de esta clase muy bien tendría conflictos sexuales que necesitaban zanjarse.

Unos pocos quienes estuvieron en cultos orgiástico atravesaron por una sexualidad forzada en lugar de celibato. Describiendo al líder del culto, una mujer dijo: "Él usaba las orgías para eliminar nuestras inhibiciones. Si una persona no se sentía cómoda teniendo sexo en el grupo, él decía que esto indicaba un gancho psicológico que tenía que despojarse porque nos impedía a todos moldearnos y unificarnos".

INDECISIONES. Algunos grupos prescriben virtualmente todas las actividades: cuándo y qué comer, cómo vestirse, y que hacer durante el día y la noche, el ducharse, procedimientos de cuando defecar, y posiciones para dormir. 

La pérdida del estilo de vida en el cual se planea todo, a menudo crea lo que algunos de nuestros miembros del grupo llaman un "futuro nulo" donde ellos deben planear y deben ejecutar todo sus amaneceres solos. Uno nos dijo: "la libertad es grandiosa, pero se pasa mucho trabajo". Ciertos individuos no pueden hacer un plan organizado para cuidar de ellos mismos, ya sea en cuanto a los problemas involucran un empleo, escuela, o la vida social. Algunos tienen que ser instados a comprar despertadores y cuadernos para poder levantarse, continuar adelante, y planear sus días. Una mujer que había sido incapaz de mantener un empleo o incluso de cuidar su apartamento desde que dejó al culto dijo: "cuando yo entro no puedo decidir si limpiar el lugar, hacer la cama, cocinar, dormir, o qué. No puedo decidirme sobre que cosas hacer y en cambio me acuesto a dormir. Ni siquiera sé qué cocinar. El grupo acostumbraba a recompensarme dándome dulces y azúcar cuando yo hacía algo bueno. Ahora estoy deteriorando mis dientes comiendo nada más que barras de dulces y bizcochos". 

Excepto por algunos aspectos de las dificultades tomando decisiones, estos problemas no parecen provenir sobre todo de las técnicas de modificación de conducta que algunos cultos le aplican a sus miembros. No obstante los próximos dos artículos se tratan de otro asunto. 

DESLIZÁNDOSE EN ESTADOS ALTERADOS. Desde el tiempo que se invitan a los probables reclutas al domicilio del culto -"el ashram", "nuestro lugar en el campo", "los retiros", "la familia", "el centro"- así mismo después de la iniciación, ellos quedan atrapados en círculos de largas repetitivas conferencias asistidas por metáforas hipnóticas e ideas exaltadas, rezando por horas mientras medio-despiertos, con canciones y juegos enfocando su atención, y meditaciones. Muchos grupos envían a sus miembros a la cama utilizando auriculares que les narran sermones en sus oídos mientras ellos duermen, esto después de horas de estar escuchando cintas audio-fónicas de exhortaciones por el líder mientras están despiertos. Éstas son todas prácticas que tienden a producir estados de conciencias alteradas, exaltación, y sugestión.

Cuando dejan el culto, muchos miembros se encuentran dentro de una variedad de condiciones -tensiones y conflictos, sumisos en depresión, ciertos susurros de palabras bajas o ideas- pueden activar un retorno a un estado similar al trance que ellos conocieron cuando estaban en el culto. Ellos nos informan que caen en un familiar, letargo inquebrantable, y les parecen escuchar porciones de exhortaciones de los portavoces del culto. Estos episodios "flotantes" -como las escenas retrospectivas de los usuarios de drogas- son muy frecuentes inmediatamente después de dejar el grupo, pero en ciertas personas continúan ocurriendo después de semanas o meses. 

Ira había adquirido el grado de maestría en administración comercial antes de unirse al culto; emergiendo después de dos años escuchando auriculares por las noches y cintas durante el día, él ahora está trabajando en una fábrica "hasta que consiga poner en orden mi cabeza". Él pensó que estaba volviéndose loco: "Semanas después que me salí, de repente me sentía espaciado y escuchaba al líder del culto diciéndome: "Tú siempre retornarás. Tú eres uno de nosotros. Nunca te podrás separar". Se me olvidaba donde estaba, y que yo me había salido; Yo sentía su presencia y escuchaba su voz. Yo cogía tanto miedo que una vez me abofeteé mi propia cara para hacer que esto se detuviera".

Jack, un anterior estudiante graduado en fisiología quien había estado en un culto por varios años, indicó: "Regresé a mi universidad para ver a mi consejero de disertación. Mientras hablábamos, él escribió unas ideas en la pizarra. De repente él me dio la tiza y dijo: "Componga algunas de sus ideas". Él quería que brevemente yo presentara mis planes. Yo caminé hacia la pizarra y dibujé un círculo alrededor de las palabras del profesor. Fue como lo hace un niño. Percibí sus palabras como si fueran una orden literal: Entonces dibujé una línea en la parte de afuera de las ideas escritas en la pizarra. De repente me dio vergüenza cuando vi lo que yo había hecho. Me había espaciado, y todavía continúo haciendo cosas pequeñas como esa".

Durante nuestras discusiones grupales, a menos que mantuviésemos algún enfoque, veíamos a menudo los miembros flotar distraídamente; ellos tenían dificultad concentrándose y para expresar concretamente sus necesidades prácticas. Las recitaciones prolongadas que utilizan las jergas abstractas de cultos pueden poner en efecto de un tipo de contagio de enajenación, "espaciado" en la condición de ciertos participantes. Ellos dicen que estos episodios duplican las condiciones que ellos cayeron dentro de las meditaciones o conferencias cuando estaban en el culto, y los perturba terriblemente cuando esto les ocurre ahora. Están preocupados pensando que están volviéndose locos, y que nunca puedan controlar ese flotar. Pero esto puede controlarse evitando las condiciones indefinidas, los términos cósmicos que son estimulados en el lenguaje utilizados por el culto y manteniéndose en temas concretos y un lenguaje preciso hablándole directamente al oyente. En una sección Rosemary describiendo un incidente casual flotante del día anterior ella dijo. "En la oficina ayer, no podía mantenerme concentrada. . . Yo no podía mantener un sistema de creencia positivo". 

"Ahora, mire, Rosemary", yo le dije. "Díganos concreta y exactamente que fue lo que le sucedió, y lo que usted estaba sintiendo". Con esfuerzo, ella nos dijo que había estado utilizando la máquina fotocopiadora cuando el papel se atascó; ella no supo como arreglarla, se sintió inadecuada, se sentía abochornada de ir y preguntar. En cambio, ella se quedó de pie en silencio y se disoció de la máquina. Ahora bajo presión, ella encontró la manera de contar su historia. Cuando estaba en el culto, le habían animado a generalizar las categorías de sus sentimientos indefinidos, a ser imprecisa, a traducir las respuestas personales en códigos. 

Las personas afectadas por este flotar inmensamente se alivian cuando aprenden que otros han experimentado estas mismas escenas retrospectivas, que ellas pueden ser controladas, y que la condición eventualmente disminuye. Aquellos que todavía continúan flotando por mucho tiempo -esto puede continuar durante dos años- generalmente son los mismos que han informado haber tenido depresiones severa, indecisiones extremas, y otras señales de patología antes de que entraran al culto.

NUBLACIÓN DE AGUDEZA MENTAL. La mayoría de los veteranos dentro de los cultos no son ni groseramente competente ni descaradamente perturbados. No obstante, ellos informan tener -y sus familiares lo confirman- ineficacias cognoscitivas sutiles y cambios que tardan algún tiempo en irse. Anteriores miembros de cultos a menudo tienen problema describiendo en palabras las ineficacias que ellos quieren relatar. Jack, el graduado de fisiología, dijo: "Es que después de un rato afuera, algo le regresa a uno. Un día yo comprendí que mis pensamientos se habían extendido gradualmente. Yo podía ver todo de una manera más compleja. El grupo lentamente, un paso a la vez, me había cortado de todo excepto las nociones más simples como bueno y malo. Ellos le impiden a uno pensar y razonar de todas las contingencias siempre diciéndole a uno: "No dudes, no seas negativo". Y después de un tiempo usted difícilmente piensa en algo excepto que sea sí ó no, bueno ó malo, formas sencillas de pensamientos". Muchos anteriores miembros de cultos, como Ira, el obrero de fábrica, o Jack, trabajando ahora como un empleado de hospital, tienen que tomar empleos que sean sencillos hasta que recobren sus niveles anteriores de competencia.

PASIVIDAD SIN SENTIDO CRÍTICO. Muchos anteriores miembros de cultos informan que ellos aceptan casi todo lo que oyen, como si sus habilidades antes de estar en el culto para evaluar y criticar relativamente le fueran suspendidas. Ellos no pueden escuchar y juzgar: ellos escuchan, creen, y obedecen. Los comentarios simples de sus amigos, sus citas, de sus compañeros de trabajo, y compañeros de cuarto los toman como órdenes, aunque la persona no se sienta con el deseo de obedecer esa orden, o incluso la aborrezca. Una mujer se levantó a media noche para responder a una orden por teléfono de una persona que prácticamente era un extraño: "Yo le pedí prestado el automóvil a mi padre para manejar aproximadamente 65 millas dentro del campo para ayudar a éste tipo a quien yo simplemente me lo había encontrado una vez en un café, para transportarle una mercancía que era robada, todo esto porque él me habló por teléfono en un tono fuerte y autoritario. No puedo creer cuánto todavía yo obedezco a las personas".

Cuando surge esta conducta en nuestras sesiones de grupo, nosotros discutimos las diferentes órdenes de los cultos en contra del cuestionar las doctrinas o directrices, y los efectos de vivir meses o años en situaciones que animen la aquiescencia. Los anteriores miembros de algunos cultos más autoritarios refieren constante urgencias a que; "rinda su mente... acepte... envuélvase... siga con la corriente... no cuestione ahora, después usted lo entenderá ". Las repugnancias u objeciones son reprendidas: "No sea negativo, no se resista, sométase".

Joan había sido el Némesis de muchos maestros en la universidad antes de que ella se uniera a un culto. "Yo estaba en un grupo feminista radical en la escuela; Era bien radical en lo político; Yo estaba intentando derrocar el sistema. En tres meses, ellos me reciclaron y yo estaba obedeciéndoles a todos. Todavía tengo esa tendencia de obedecer a cualquiera que dice: 'Dame, búscame eso, ve allá...' "Ginny era descrita por su familia como una persona de "fuerte-voluntad". Era imposible hacerle que hiciera algo que ella no quería hacer". Ahora, ella quejándose dice: "Cualquier tipo que me pide algo, me siento compelida a decir que sí; siento que debo sacrificarme por ellos; así fue cómo lo hice durante los cuatro años que estuve en el grupo".

EL MIEDO AL CULTO. La mayoría de los grupos trabajan fuertemente para prevenir las defecciones: algunos anteriores miembros citan advertencias de condenación celestial para ellos mismos, sus antepasados, y sus hijos. Siendo que muchos veterano de cultos retienen algunas creencias residuales de las doctrinas del culto, esto solo puede ser una carga horrorosa. 

Cuando los miembros se salen, los esfuerzos para traerlos nuevamente según informes van desde amenazas moderadas hasta incidentes que involucran el uso de la fuerza. Muchos anteriores miembros y sus familiares mantienen sus números de teléfono privados; algunos se mudan de sus direcciones conocidas; algunos llegan hasta el punto de utilizar seudónimos en lugares distantes. 

La raíz del miedo de los anteriores miembros a menudo se trata de recuerdos de antiguas humillaciones que les eran administradas por salirse de línea. Kathy que había estado en un grupo por más de cinco años dijo: "Algunos de los miembros más viejos todavía podrían conseguirme y aplastar mi espíritu como ellos lo hacían cuando yo me deprimía y no podía salir y a buscar fondos o a reclutar. Yo no podía comer o dormir; estaba débil e ineficaz. Ellos me llamaron y el líder me gritó: "Tú eres demasiado rebelde. Y voy a quebrantarte el espíritu. Tú eres muy voluntariosa". Y ellos me hicieron gatear ante sus pies. Todavía me espanto cuando pienso cuán cerca ellos estuvieron de llevarme al suicidio ese día; Por mucho tiempo después de eso, todo lo que podía hacer era ayudar en cocinar. Apenas puedo recordarme de los detalles, era una pesadilla ". 

Al parecer la mayoría de los culto rápidamente dirigen sus energías para reclutar nuevos miembros en lugar de prolongar sus esfuerzos para traer nuevamente a los desertores. Sin embargo, incluso después que el temor inicial de venganza les ha pasado, los anteriores miembros se preocupan sobre el hecho de qué hacer en caso de inevitablemente encontrarse en la calle con sus antiguos colegas, esperando que ellos intenten avivarles los sentimientos de culpa por salirse y los condenen por su vida presente. 

El miedo puede ser más intenso para los miembros anteriores que han dejado atrás a sus conjugues o hijos en el culto que reclutó a parejas y familias. Cualquier esfuerzo por hacer contacto con ellos puede romper completamente el enlace de contacto. A menudo acciones legales dolorosas suceden sobre la custodia del niño o el mantenimiento entre el ex- y los que continúan aglutinados. 

Incluso aun los reporteros que han entrado en un culto como los reclutas ficticios para conseguir una historia, quedándose sólo unos días, han sentido una compasión terrible por los reclutas reales que han quedado atrás. Uno, Dana Gosney, quien antes trabajaba en el Redwood City Tribune, escribió que le tomó tres horas y media para extraerse él mismo del grupo una vez que él anunció que él quería salirse. Le negaron el permiso para irse, a él se le imploró, le dijeron que el teléfono no estaba funcionando para que él no pudiera conseguir transportación. Eventualmente, él dice: "Dos pasos afuera de la verja, y yo experimenté una sensación de desplomarme y extendí la mano para sostenerme. Mi estómago, después de retorcerse por varias horas, forzó su contenido por mi boca. Entonces comencé a llorar incontrolablemente. Estaba llorando por aquellos que dejé atrás". 

EL EFECTO DE LA PECERA. Un problema especial para los veteranos de un culto es estar vigilantes constantemente de familiares y amigos, quienes están listos para cualquier señal que las dificultades a estas personas de la vida real los enviarán de nuevo atrás. La disociación apacible, preocupaciones profundas, estados alterados de conciencia temporales, y cualquier conversación positiva sobre los días en el culto puede causar que se alarmen los familiares de un anterior miembro. A menudo el miembro anterior se da cuenta de eso, pero ninguna de las partes sabe como lidiar con la discusión.

Las nuevas amistades y los viejos amigos también pueden activar los sentimientos de un anterior miembro de qué las personas lo están mirando, mientras se preguntan por qué él se metió en un grupo como ese. En nuestras discusiones, los miembros anteriores comparten como ellos han podido tratar con estas situaciones. El mejor consejo parece ser enfocarse en la conversación presente hasta que el sentido de vivir bajo un escrutinio gradualmente desaparezca. 

Como les sugerí anteriormente, los que se salen con frecuencia desean hablar con las personas sobre los aspectos positivos de la experiencia en el culto. Sin embargo, ellos normalmente sienten que los demás se niegan a escuchar algo que no sean los aspectos negativos, incluso en nuestros grupos. Aparte del placer de tener un compromiso y lo sencilla que era la vida en el antiguo régimen, ellos generalmente quieren discutir sobre las buenas amistades, o incluso de romances, y el sentir que les dio vivir en el grupo que les enseñó a conectarse más abiertamente y calurosamente con otras personas mejor que antes de que ellos entraran al culto. Como exclamó un hombre: "¿Cómo yo puedo ahora enfrentarme a las cosas más difíciles - ya yo había dejado de sentir aquel anterior temor de ser rechazado? Mientras estaba en la Iglesia, y vendiendo en las calles, fui rechazado por miles de personas a las que me les acerqué, y yo aprendí a aceptarlo. ¡Antes de que yo entrara, yo me sentía aterrorizado de que alguien me rechazara de cualquier manera!" 

Condicionado por la condenación del culto sobre las creencias y conducta de los de afuera, los anteriores miembros tienden a permanecer hipercríticos de muchas de las conductas ordinarias de los seres humanos. Esto hace todavía más difícil su reentrada. Cuando los padres, amigos, o terapeutas intentan convencerles que sean menos rígidos en sus actitudes, ellos tienden a ver esto como evidencia de relativismo moral casual. 

LA AGONÍA PARA EXPLICARLO. Por qué uno se unió es difícil expresarlo a cualquiera que no esté familiarizado con los cultos. Uno tiene que describirles las sutilezas y poder de los procedimientos para reclutar, y cómo uno fue persuadido y adoctrinado. Lo más difícil de todo es intentar explicar por qué una persona es incapaz de simplemente salirse fuera de un culto, ya que para dar esa historia interna tiene que ser capaz de proveer una explicación larga y sofisticada de lo que es la coerción social y psicológicas, las influencias, y procedimientos de control. 

"Las personas simplemente no pueden entender lo que el grupo pone en su mente", un anterior sectario dijo. "Cómo ellos juegan con tus culpas y necesidades. La presión psicológica es más pesada que una puerta cerrada bajo llave. Usted puede reventar una puerta cerrada bajo llave si está lleno de terror o airado, pero las cadenas que son mentales son bien difíciles de romper. La cosa más pesada que haya hecho alguna vez fue dejar el grupo, romper esas ataduras bien pesadas en mi mente." 

CULPA. Según nuestros informantes, las partes más significantes de las actividades del culto están basadas en el engaño, particularmente recaudando fondos y reclutando. La deshonestidad se razona como que es para el mejor bienestar del culto o las personas reclutadas. Una joven dijo que ella había censurado el correo de los nuevos reclutas, les ocultaba las llamadas telefónicas a ellos, les mentía a sus padres diciéndoles que ella no sabía dónde ellos estaban cuando telefoneaban o se aparecían, y engañaba a los donantes en la calle cuando ella recaudaba fondos. Hay algo dentro de mí que quiere sobrevivir más que nada, que quiere vivir, quiere dar, y quiere ser honrado", ella afirmó. "Y yo no era honrada cuando estaba en el grupo. ¿Cómo ellos llegaron a hacerme creer que estaba bien hacer eso? Realmente nunca pensé que eso estaba correcto, pero ellos continuaron diciéndome que estaba bien porque quedaba poco tiempo en este mundo". Según los anteriores miembros van tomando sus conciencias personales de nuevo, muchos sienten gran remordimiento por las mentiras que ellos dijeron, y ellos frecuentemente se preocupan sobre cómo corregir los males que hicieron. 

PERPLEJIDADES SOBRE EL ALTRUISMO. Muchas de estas personas quieren encontrar la manera de volver a poner su altruismo y energía a trabajar sin volverse un peón en otro grupo manipulador. Algunos temen que se han vuelto "grupitos" que son indefensos y que nuevamente se enredan en una organización controladora. Sin embargo, ellos también sienten la necesidad de afiliarse. Ellos se preguntan cómo pueden seleccionar apropiadamente entre las miles contendientes organizaciones -sociales religiosas, filantrópicas, orientadas en cuanto al servicio, psicológicas- y permanecer siendo ellos mismos sus jefes. El acuerdo general del grupo tiende a aconsejar a tener cautela sobre unirse a cualquier nuevo grupo "exaltado", y en cambio sugiere el trabajo social, ó a actividades relacionadas con las escuelas.

DINERO. Un problema adicional es la curiosa experiencia de los miembros del culto con el dinero: muchos miembros del culto han levantado más recaudando fondos diariamente en las calles que ellos alguna vez podrán ganar en un día que en cualquier trabajo. La mayoría de los cultos asigna cuotas diarias a sus miembros para llenarlas de $100 a $150. Especialmente los más hábiles y especializados dicen ellos pueden traer día tras día tanto como $1,500. En uno de nuestros grupos una persona reclamó haber levantado $30,000 en un mes vendiendo flores, y otro de haber levantado $69,000 en nueve meses; uno testificó en la corte que levantó un cuarto de un millón de dólares vendiendo flores y dulce y pidiendo en un período de tres años.

NO MÁS ÉLITE. "Ellos le hacen creer que ellos solo son los únicos que saben como salvar al mundo", recuerda un miembro. "Usted se cree que está en la vanguardia de la historia... Usted ha sido llamado de entre las masas anónimas para ayudar el Mesías... Como un escogido, usted está por encima de la ley... Ellos han llegado a la humilde y exaltada conclusión que ellos son lo más valioso para Dios, para la historia, y para el futuro, que los que son las demás personas". Claramente el revés más profundo en la vida después del grupo es el no sentirse ya una persona escogida, un miembro de un grupo élite.

Al parecer por nuestro trabajo si se espera ayudar, los terapeutas -y amigos y familiares- necesitan tener por lo menos un poco de conocimiento del contenido en el programa de un culto particular para así entender lo que el anterior miembro está intentando describir. La capacidad de explicar ciertas técnicas de reconstrucción conductuales también es importante. Un anterior miembro visitó a un terapeuta por dos sesiones pero lo dejó porque el terapeuta "reaccionó como si yo estuviera inventándomelo, ó loco, él no podía decir cuál. Pero yo simplemente estaba diciéndolo tal como sucedió en La Familia ".

Muchos terapeutas intentan desviarse del contenido de las experiencias para enfocarse en los atributos de la personalidad a largo plazo. Pero a menos que él o ella conozcan algo de los eventos de las experiencias de la cual es presa la mente del anterior sectario, nosotros creemos, que el terapeuta sería incapaz de abrir una discusión o incluso entender lo que está sucediendo. Mirando la experiencia en forma general, él puede pensar que el joven ha sufrido una conversión religiosa espontánea y no estará consciente de las tácticas de reclutamiento sofisticadas y de alta presión y los intensos procedimientos de influencia que los cultos usan para atraer y mantener los miembros. Él equivocadamente puede ver la conducta de todos los anteriores sectarios como manifestaciones Psicopatológicas duradera. 

Muchos anteriores miembros de cultos temen que ellos nunca recuperarán completamente sus funciones. Aprendiendo en el grupo que la mayoría de aquellos afectados eventualmente llegaron a sentirse totalmente competentes e independiente es muy animador para ellos. Sus experiencias deberían tenerse en cuenta por aquellas personas que consideren alinearse con tales grupos en el futuro.
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